Tanto el cuidado de personas dependientes o ancianos como el tipo de servicio que contratemos dependerá de nuestras necesidades y recursos. Hay familias que necesitan ayuda constante y otras tan solo unas horas al día. En ambos casos, lo importante es que el destinatario reciba la atención domiciliaria adecuada en cada momento.
Para ello, existen distintos modelos de servicios. Podemos contratar un profesional que resida 24 horas en el domicilio de la persona dependiente o uno por horas que cubra solo ciertas partes del día.
Cuidadores y cuidadoras en régimen interno (Residentes)
Se trata de los profesionales que conviven en el domicilio con la persona a la que cuidan. Por lo general, se ocupan de todas sus necesidades, aunque irá en función de cada caso: movilización, higiene, alimentación (tanto la preparación como asistencia en la ingesta de sólidos y líquidos), acompañamiento a citas médicas, administración de medicamentos, asistencia durante la noche, limpieza, etc. Estos cuidadores están presentes todo el día. Pero es importante respetar que tengan un mínimo de dos horas de receso al día y que puedan descansar durante la noche, aunque pueden atender a la persona cuidada puntualmente si lo necesita. En los casos en que se necesite cuidado los siete días de la semana, habrá que contratar a dos cuidadores o cuidadoras en régimen interno, típicamente una persona durante la semana y una el fin de semana.
En general, proporcionan una atención integral y son los que, en muchas ocasiones, mejor conocen a las personas que cuidan, porque además de las cuestiones anteriores, les hacen compañía y pueden llegar a establecer un vínculo de amistad notablemente fuerte.
Cuidadores de personas mayores por horas en el domicilio
Este tipo de cuidadores desarrollan su labor durante el número de horas que necesite la familia o la persona dependiente. Puede tratarse de un número de horas regular por día, cada día o sólo unos días a la semana.
Igual que los trabajadores en régimen interno, los cuidadores por horas pueden desempeñar las siguientes funciones: movilización, higiene, alimentación (en muchos casos, tanto la preparación como asistencia en la ingesta de sólidos y líquidos), acompañamiento a citas médicas, limpieza y asistencia en gestión de asuntos personales, entre otros. La atención por horas, además del domicilio, también se puede realizar como acompañamiento en centro de día, residencia o hospital.
La labor de los cuidadores no siempre está reconocida socialmente, pero no por ello deja de ser un trabajo menos duro o sacrificado. La atención a otras personas requiere mucho de uno mismo y es por esto por lo que la vocación siempre es un valor añadido en este tipo de profesión. La paciencia, la empatía y la compasión son valores que acompañan siempre a un cuidador y que le ayudan a construir un vínculo con la persona a la que asisten que será clave para su bienestar y el de su familia. Si quieres saber más, puedes encontrar toda la información sobre el servicio del cuidador en régimen interno o por horas en nuestra página web.