El agua es esencial para la supervivencia humana, es el componente principal del cuerpo humano representando. La deshidratación en ancianos es una deficiencia en el agua corporal total. A menudo, se acompaña de alteraciones en el balance sales minerales o electrolitos.
¿Cuáles son los síntomas de una deshidratación en ancianos?
Leve: Boca seca, disminución orina y concentrada, disminución concentración, hormigueo, somnolencia, impaciencia, inestabilidad emocional, desorientación-confusión, caídas, estreñimiento, y náuseas
Moderada: Aumento de la temperatura, taquicardia, polipnea, disnea, mareos, confusión mental, caídas, debilidad muscular, cianosis, oliguria, estreñimiento, infecciones.
Grave: Espasmos musculares, delirios, problemas de equilibrio y de circulación, lengua hinchada, fallo renal, hipovolemia, disminución de la presión arterial, cianosis, infecciones

¿Cuáles son las consecuencias de la deshidratación en adultos mayores?
Las consecuencias dependen de la severidad y del tiempo que haya estado ocurriendo la deshidratación. Además de las nombradas anteriormente, también se incluyen:
- Aumento de la mortalidad
- Mayor riesgo de ingreso en el hospital o de ingresos repetidos
- Estreñimiento
- Deterioro de la función cognitiva
- Mayor riesgo de caídas
- Hipotensión ortostática
- Disfunción salival
- Control hiperglucémico deficiente en la diabetes
- Hipertermia
¿Qué causa la deshidratación en las personas mayores?
La deshidratación en las personas mayores a menudo se debe a la ingesta inadecuada de agua, pero también puede ocurrir por muchas otras razones, como por ejemplo: fiebre, quemaduras, diarrea, vómitos, enfermedades como la diabetes, así como un efecto secundarios de ciertos medicamentos.
¿Qué factores aumentan el riesgo de deshidratación en personas mayores?
- Edad: ≥ 85 años
- Sexo femenino
- Toma de más de 4 medicamentos
- Toma de diuréticos, laxantes, fenitoína.
- Soledad
- Patología aguda (fiebre, vómitos, diarrea…)
- Comorbilidad (diabetes mellitus…)
- Ejercicio físico intenso.
- Calor ambiental.
- Infecciones/quemaduras.
- Movilidad reducida.
- Disminución de la agudeza visual
- Deterioro de las capacidades físicas y cognitivas.
- Ingesta de alcohol.
- Trastornos gastrointestinales.
- Renuncia a beber debido al miedo a la incontinencia
- Documentación inexacta de la ingesta de líquidos
¿Cómo prevenir la deshidratación?
La concienciación de las personas mayores, de sus familias y de sus cuidadores/as respecto a la deshidratación y sus consecuencias es esencial para la prevención de la misma.
Las principales recomendaciones para prevenir la deshidratación en los ancianos son:
- Garantizar una adecuada ingesta de líquidos.
- Según el estado de la persona, su médico/a o enfermera, le informará del tipo de agua y del volumen de ingesta necesario adecuado a su condición de salud. Evitar, en general, el agua con gas.
- Tome el agua a una temperatura entre 12-14º.
- No es necesario que toda la ingesta de líquidos sea exclusivamente de agua, también puede tomar caldos, sopas, gelatinas, etc.
- Consuma con moderación el café y el té ya que pueden tener un efecto diurético.
- Beba a pesar de no tener sed a lo largo del día. Evite las últimas horas de la tarde-noche, para evitar despertares nocturnos.
- Tome alimentos sólidos ricos en agua como las verduras y frutas.
- Evite el alcohol y las bebidas azucaradas.
- Uso de prendas y calzado adecuado a la estación (ligera, transpirable y holgada)
- Extremar cuidados en horas de calor: evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, no realizar ejercicio físico en horas de mayor intensidad, mantener la casa ventilada, uso de sombreros o gorras.
- Consulte con su referente de Qida o su enfermera o médico de atención primaria si sospecha de signos de deshidratación.
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