Según la Real Academia Española, una ola es un fenómeno atmosférico que produce variación repentina en la temperatura de un lugar. Así pues, pueden darse tanto olas de calor como olas de frío. En este artículo, nos centraremos en la ola de calor, que haría referencia a un episodio de temperaturas extremas de al menos tres días consecutivos de duración. Un sinónimo sería lo que popularmente se conoce como bochorno.
El verano del 2022 fue el verano más caluroso desde que se tienen registros en España. Por este motivo, toda la población debe extremar las precauciones ante una ola de calor. Sin embargo, hay que tener especial consideración con las personas mayores de 65 años, ya que son las más vulnerables y propensas a poder sufrir cualquiera de los problemas relacionados con el exceso de calor, debido a que, con el envejecimiento se ve afectado nuestro “termostato interno” produciendo menor sensación de calor y percepción de la sed. Además, si se padecen enfermedades crónicas, problemas cognitivos, sobrepeso o algún tipo de dependencia física, aumentan en mayor medida las probabilidades de verse afectados por la ola de calor.
Problemas que puede ocasionar el calor
Es evidente que la exposición solar prolongada o someter el cuerpo a altas temperaturas puede acarrear una serie de enfermedades o complicaciones. Los efectos más frecuentes sobre como afecta el calor a los ancianos se pueden clasificar en los siguientes:
- Calambres. Suelen producirse después de una sudoración excesiva y como consecuencia de una deshidratación a causa de la pérdida de agua, sal y minerales, conocidos como electrolitos.
- Lipotimia: pérdida repentina y transitoria del conocimiento por alteración del riego sanguíneo del cerebro.
- Edemas: El calor hace que los vasos sanguíneos se dilaten y el líquido corporal se desplaza principalmente hacía la zona de manos, tobillos y piernas.
- Dermatitis: Sarpullido en la piel provocado por el sudor excesivo. Normalmente conocido como miliaria o sudamina, que aparece como consecuencia de una obstrucción de las glándulas sudoríparas
- Quemaduras: Se producen a causa de permanecer al sol sin la correcta protección. Puede ir desde un enrojecimiento de la piel o, en los casos más graves, pueden llegar a formarse ampollas.
- Agotamiento: Entre los principales síntomas destaca una piel fresca y húmeda, pulso rápido y débil y respiración acelerada y poco profunda.
- Insolación: Dolor de cabeza por sobreexposición solar. Puede provocar pérdida del conocimiento, entre otros síntomas. Si no se trata a tiempo, puede llegar a convertirse en un golpe de calor.
- Golpe de calor o hipertermia: Es la situación más grave producida por el calor e incluso puede provocar un fallo multiorgánico con consecuencias mortales. Tiene lugar cuando la temperatura corporal asciende a niveles altos y el sistema de termorregulación del cuerpo no puede funcionar correctamente.

Precauciones en la tercera edad ante una ola de calor:
La mejor manera de evitar alguna de las complicaciones descritas anteriormente es a través de la prevención. Existen una serie de pautas o recomendaciones para evitar situaciones de deshidratación frente a la subida de las temperaturas:
- Beber líquidos en abundancia, salvo que exista contraindicación médica. Evitando las bebidas alcohólicas, aquellas que contengan cafeína o que sean excesivamente azucaradas ya que ejercen acción diurética
- Realizar comidas ligeras, evitando las comidas copiosas
- Vestir con ropa ligera, de colores claros y preferiblemente de algodón. Además, es importante hacer uso de calzado fresco, cómodo y transpirable
- Protegerse del sol. Usar sombrero o gorra, gafas de sol y abanico.
- Evitar la exposición al sol durante las actividades en las horas centrales del día, principalmente de las 12 a las 16h de la tarde. Intentar buscar lugares frescos o con sombra.
- Utilizar factor de protección solar adecuado e ir aplicándolo de manera regular en las partes del cuerpo que quedan desprotegidas
- En el hogar, evitar que el calor y el sol entren directamente en las diferentes estancias de la casa bajando persianas, toldos o cortinas. Mantener el hogar fresco y ventilado
Como hemos dicho, es fundamental extremar las precauciones. Es conveniente ponerse en contacto con emergencias sanitarias al 112 si se evidencia cualquier signo de alarma.